El monarca murió durante la Batalla de Bosworth en 1485, pero su tumba se perdió cuando la iglesia que contenía sus restos fue demolida en el siglo XVI.
Según los científicos de la Escuela de Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Leicester, el esqueleto mostraba 10 heridas de combate, incluidas ocho en el cráneo.
Agregaron que los huesos, descubiertos el año pasado, presentan "un caso altamente convincente" para identificar a Ricardo III y que el ADN del esqueleto corresponde con muestras tomadas de un familiar vivo del monarca.
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