Científicos de las universidades de Manchester (Reino Unido) y Stanford (Estados Unidos) han rescatado el fragmento musical 216 años después de que el italiano lo eliminara ante las críticas de que su obra era demasiado larga, según los expertos.
Cherubini escribió la partitura con una tinta que contiene trazas de hierro, si bien utilizó una sustancia distinta para emborronar más tarde la última página del manuscrito.
El geoquímico de la Universidad de Manchester Roy Wogelius, que habitualmente utiliza avanzados equipos de rayos X para examinar fósiles de cientos de millones de años de antigüedad, celebró que su equipo haya podido “revelar los secretos” de la partitura de Cherubini.
“Es lo mismo que hacemos con los fósiles. Hemos resucitado los trazos de la pluma” del compositor, dijo.
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