Se trata del mecanismo de Anticitera, un sistema de engranajes interconectados capaz de predecir el movimiento de diferentes astros celestes, como el sol, la luna, y cinco planetas de importancia para los griegos. Muy probablemente, el mecanismo de Anticitera se usaba para poder establecer un seguimiento de las fechas en las que debían tener lugar los antiguos juegos olímpicos.
Según investigadores, que pasaron décadas analizando el mecanismo con rayos X y escáneres 3D, el sistema era tan complejo que la precisión con la que se lo construyó sólo es comparable con las técnicas avanzadas de armado de relojes vistas en el siglo XVII. Su tamaño es comparable al de una netbook actual, aunque más pesada y aparatosa.
Fue encontrada dentro de un barco romano hundido en 1900 por unos buzos, junto a muchos tesoros, joyas y elementos de alfarería.
En 2005, un grupo de científicos se puso a trabajar en el Antikythera Mechanism Research Project (Proyecto de investigación del mecanismo de Anticitera) y lograron producir una réplica muy fiel al original. Pueden ver una animación en la que se explica detalladamente cómo estaba formado el sistema y Michael Wright, el encargado del museo de ciencias en Londres, muestra cómo interpretar los diferentes cuadrantes que el dispositivo incorpora.
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