El entierro de más de 500 años de antigüedad estaba integrado por el esqueleto completo de una mujer, y más de un millar de huesos humanos de niños, jóvenes y adultos, indicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.
El arqueólogo responsable del Programa de Arqueología Urbana del INAH, Raúl Barrera Rodríguez, calificó el hallazgo de "único en su tipo" sobre la cultura mexica.
Expuso que aunque anteriormente se habían encontrado otros enterramientos múltiples, "éste es el primero en el que se observa el esqueleto de una persona adulta acompañado por piezas óseas humanas de diversas edades".
Además del entierro, los especialistas encontraron una estructura circular de tezontle (piedra volcánica) en cuyo centro estaba un tronco que según los arqueólogos "correspondería a uno de los árboles sagrados" asociados al adoratorio a Huitzilopochtli, dios de la guerra y uno de los principales en la cosmogonía mexica.
El INAH precisó que estos descubrimientos ocurrieron durante los trabajos en un predio denominado Plaza Manuel Gamio para la construcción de un vestíbulo de acceso a la zona arqueológica y al museo del Templo Mayor.
Barrera indicó que los restos óseos se encontraron a unos cinco metros de profundidad respecto al nivel de la calle, y estaban bajo un piso de lajas de basalto que corresponde a una etapa de construcción del Templo Mayor de la ciudad de Tenochtitlan entre los años 1481 a 1486, por lo que el entierro es de esa época.
"El esqueleto completo se halló en el costado poniente del espacio funerario, y el resto de los huesos se encontraban alrededor de éste, algunos de ellos agrupados en pequeños conjuntos, caso de las costillas y los fémures", describió el arqueólogo.
La antropóloga física Perla Ruiz, encargada de la excavación, precisó que el esqueleto completo corresponde a una mujer joven, lo que se ha determinado por la forma del cráneo y de la pelvis.
Añadió que los demás restos suman 1.789 huesos, incluyendo 10 cráneos, tres de niños y siete adultos. Los vestigios fueron enviados al laboratorio para su estudio.
A unos 35 metros se halló la estructura circular de 1,6 metros de diámetro, con un tronco de encino cuya antigüedad es anterior a los restos óseos, y se calcula entre 1440 y 1469, precisó Barrera.
El especialista recordó que según la cosmogonía mexica las ramas de los árboles "eran el sostén de la bóveda celeste y los conductos de los flujos cósmicos, y sus raíces los caminos hacia el inframundo o Mictlán".
El arqueólogo indicó que una vez terminadas las obras de infraestructura de este nuevo vestíbulo, los hallazgos serán exhibidos en el espacio donde fueron encontrados.
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