viernes, 19 de julio de 2013

El tiranosaurio también comía presas vivas



El descubrimiento de un diente de tiranosuario incrustado en las vértebras de otro dinosaurio es la primera prueba de que el temible animal cazaba presas vivas y no era, como se cree, un carroñero que devoraba carcazas de animales muertos.

Anteriores hallazgos de huesos de dinosaurios en los estómagos de tiranosaurios rex fosilizados ya habían dado a entender que el animal —que vivió al final del Cretáceo, hace unos 66 millones a 100 millones de años— era un poderoso depredador, pero no habían permitido probar que era sólo un carroñero ocasional.

Este nuevo estudio revela el primer hallazgo de un diente roto de dinosaurio en los huesos de otro, precisamente entre dos vértebras de un dinosaurio herbívoro. “Lo que podemos concluir, sin ninguna duda, es que este tiranosaurio inició un combate con otro dinosaurio vivo”, explica el principal autor del estudio, el estadounidense Robert DePalma.

Estos huesos fueron hallados en 2007 en un sitio arqueológico en el que abundan fósiles de dinosaurios, ubicado entre Montana (noroeste), Dakota del Norte y Dakota del Sur (norte). El trozo de diente en cuestión mide 3,75 centímetros de largo. Los dientes del tiranosaurio alcanzaban el tamaño promedio de una banana.

Los paleontólogos precisan que este hallazgo tampoco significa que el tiranosaurio sólo se alimentaba de animales vivos; también comía animales muertos, “como la mayoría de los grandes depredadores de nuestra época”.

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