Las explicaciones populares van desde el magnetismo a absurdas intervenciones alienígenas, incluso hay quien ha robado piedras para ver si se mueven en otro lugar. La revista del Smithsonian ha recopilado lo que se sabe sobre este misterio.
En 1948, dos geólogos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), McAllister y Allen Agnew, propusieron que son remolinos de polvo los que provocan el movimiento, tal vez en combinación con una inundación intermitente de la playa. En 1952, un geólogo probó la hipótesis con un experimento de campo, pero no obtuvo resultado alguno.
Durante la década de los años 70, geólogos del CalTech y la Universidad de California siguieron los movimientos de 30 piedras. Plantaron estacas de madera alrededor de ellas, con la idea de que si las capas de hielo eran las responsables, el hielo congelaría las estacas, inmovilizando así las piedras. Pero las piedras siguieron paseándose.
Ralph Lorenz, de la Universidad Johns Hopkins, creó en 2006 una red de estaciones meteorológicas en miniatura en el Valle de la Muerte como parte de un proyecto con la NASA. El equipo de investigación buscó casos similares de piedras que se mueven en otros entornos y descubrió que el hielo ayudó a poner a flote rocas en las playas árticas, creando barricadas a lo largo de la costa. Los científicos comenzaron a poner esta idea a prueba para explicar cómo se movían las piedras.
Lorenz probó su teoría en su cocina. “Tomé una pequeña piedra y la puse en un tupperware. Lo llené de agua de forma que la roca sobresaliera un poco. Lo puse en el congelador y obtuve un bloque de hielo con una roca que sobresalía”, explica. Volcó la roca helada flotando en una bandeja de agua con arena en la parte inferior. Soplando sobre el hielo, se dio cuenta de que podía enviar la roca deslizándose por la bandeja, dejando un rastro en la arena mientras se movía.
Después de décadas de cálculos teóricos de innumerables científicos, la respuesta parecía estar ahí, sacada de un tupper.
“Básicamente, un bloque de hielo se forma alrededor de la roca, y el nivel de líquido cambia de forma que la roca queda flotando en el barro”, explica Lorenz. “Es una pequeña capa de hielo flotante que pasa a tener una quilla hacia abajo que puede cavar un sendero en el barro blando”.
Los cálculos muestran que, en este escenario, el hielo no produce ninguna fricción en el agua, por lo que las piedras son capaces de deslizarse con sólo una ligera brisa.
El café tiene distinto efecto en hombres y mujeres
El efecto de la cafeína no es el mismo para todos, según un reciente estudio realizado en la Universidad de Bristol en el Reino Unido. La investigación se realizó con 64 personas, entre hombres y mujeres, con una media de edad de 22 años. Los resultados indican que tomar varias tazas de café ayuda a las mujeres a enfrentarse a situaciones de estrés, pero provoca que los hombres sean más inseguros y demoren más en completar tareas.
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