jueves, 5 de julio de 2012

Hallan en medio de trastos un valioso códice robado en 2011

El Códice Calixtino, desaparecido desde el 5 de julio del pasado año, y considerado como uno de los escritos más antiguos del mundo occidental, fue hallado ayer en un garaje a seis kilómetros de la Catedral de Santiago de Compostela, de donde fue sustraído.

Antes de la recuperación, habían sido arrestadas cuatro personas, un electricista ex empleado de la basílica compostelana, Manuel Fernández Castiñeiras, su mujer, Remedios Nieto Mayo, su hijo, Jesús Fernández Nieto, y la pareja de este último, María Jesús Quinteiro.

El códice, de incalculable valor histórico, fue sustraído de una cámara blindada del archivo de la Catedral, situada en una dependencia de acceso restringido.

La comisión judicial localizó el manuscrito, tras remover los “trastos y porquería” de un inmueble, que hacía las veces de trastero, en el interior de varias bolsas de plástico, empaquetado con papel de periódico y, aparentemente, en buen estado.

“En la primera inspección no se encontró, aunque sí aparecieron otros enseres”, explicó a Efe Begoña Bravo, impulsora de las pesquisas y testigo del operativo. “Apareció donde menos lo esperaban, porque hubo un instante en el que los ánimos se vinieron un poco abajo, creyendo que no estaba allí”, relató.

La Policía sospechaba desde hace meses de que el electricista era el autor material del robo del manuscrito y, tras seguir su pista, realizó registros en algunas de las propiedades de esta familia, donde encontró monedas y vestigios procedentes de la Catedral, así como 1,5 millones de dólares que serían producto de actividades ilegales, dado que el sospechoso tiene un amplio prontuario y acusaciones de fraude, robo y otros delitos.

Una joya invaluable

El Códice Calixtino está integrado por cinco libros de temática variada pero con un solo objetivo, ensalzar la figura del Apóstol Santiago. El manuscrito, conocido como Jacobus, es el ejemplar más antiguo y completo de la obra denominada Liber Sancti Iacobi, de la que existen unas 200 copias históricas repartidas por toda Europa.

De sus cinco tomos, el más conocido y traducido es el último, ya que supone una guía para el peregrino del Camino Francés a Santiago, y describe el recorrido de la ruta, sus pueblos y ciudades, sus gentes y costumbres, los santuarios que deben visitarse y como debe tratarse al peregrino.

El profesor Xosé López Díaz, traductor de esta obra al gallego en 2010, recordó que en el apéndice del propio códice queda recogido “el castigo de excomunión” a quien lo robe. Se trata de una carta de Inocencio II (1130-1143) en la que autentifica el libro, “veracísimo en sus palabras, bellísimo en su ejecución, ajeno a toda malicia herética y apócrifa”.

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