Fueron siete horas de larga e intensa marcha, bajo un sol abrasador, que provocó que algunos de los jóvenes expedicionarios sufrieran deshidrataciones y desmayos, aunque, "el esfuerzo y el trabajo de todo el grupo hizo que la inmensa mayoría alcanzara su objetivo", aseguró a Efe Jesús Luna, jefe de campamento.
El sol a primera hora de la mañana de este sábado auguraba ya que iba a ser una jornada dura, por eso, y tras recorrer el primer tramo del Parque, siguiendo la línea de la costa, los 'ruteros' fueron recibidos por los descendientes de los kogui que todavía conservan las tradiciones de sus antepasados.
En una ceremonia ancestral, conocida como el 'ritual del mamo', el líder espiritual solicitó la sanación de la madre tierra y el fin de los problemas y las preocupaciones, así como la fuerza para los expedicionarios.
Los Kogui -término que designa al jaguar- es un grupo que en la actualidad está representado por unas 8 mil personas que habitan a lo largo de los ríos Don Diego, Palomino, San Miguel y Ancho.
Viven en pequeños poblados formados por casas circulares o "malocas" bajo la autoridad política y ritual del "mamo", un especialista religioso escogido desde su nacimiento y entrenado para cumplir con importantes tareas de comunicación con su mundo místico.
Sus antecesores, los moradores de Pueblito "tenían un trabajo medioambiental y una cosmovisión de la vida muy interesante, porque entendían que eran los hermanos mayores que tenían que guardar el universo y conseguir alcanzar el equilibrio con la naturaleza", explicó Luna.
Llegar hasta los vestigios del antiguo poblado resultó agotador, pero también "precioso y muy gratificante", para Rober, un rutero español procedente de Ibiza.
"La bajada ha sido más dura, porque se notaba el cansancio del ascenso, pero conseguir completar el recorrido te llena de orgullo", aseguró el joven expedicionario antes de unirse a sus compañeros en un baño reparador en las aguas de la playa de "El Cabo".
El Parque Nacional de Tayrona es uno de los 37 parques nacionales existentes en Colombia.
Con una extensión de 15 mil hectáreas, su ecosistema se distribuye entre 0 y 900 metros sobre el nivel del mar y alberga en su interior más de 70 especies de mamíferos, 40 de murciélagos y varios primates como el mono aullador, el mico de noche o el maicero, así como jaguares, panteras, tigres o armadillos.
Sus senderos son recorridos durante el año por cientos de turistas, procedentes de Israel, Argentina, Chile, los países centroamericanos y Estados Unidos, principalmente de Europa, españoles, franceses, italianos y holandeses son los que más lo visitan.
Caminar atravesando su frondosa vegetación hasta llegar a la costa es una de las opciones, pero el Parque Tayrona también puede recorrerse a caballo.
"En temporada alta se llega a realizar cuatro o cinco veces el mismo recorrido, ida y vuelta, de entre una hora y media o dos horas", explicó a Efe José, dueño de Gaviota, una yegüa de color canela que conoce perfectamente cada uno de los rincones del parque, incluso de noche.
Para los más sofisticados, también se puede acceder a las playas en helicóptero, "aunque estos son los menos", aseguró José, para quien su trabajo no resulta demasiado cansado, "porque nosotros estamos acostumbrados a caminar".
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