miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hallan en Bulgaria los restos de un "vampiro" medieval con un hierro clavado

Arqueólogos búlgaros anunciaron hoy el descubrimiento del esqueleto de un hombre que vivió entre el siglo XIII y el XIV y al que clavaron un arado de hierro en el pecho para evitar que tras su muerte se convirtiera en "vampiro".

El hallazgo ha sido anunciado hoy por Nikolay Ovcharov, el jefe del equipo arqueológico que desde hace años trabaja para documentar un antiguo complejo urbano situado en Perperikov, en el sur de Bulgaria.

"El hombre enterrado en vida tenía entre 35 y 40 años. Monedas de bronce que encontramos entre sus dientes muestran el período en el que vivió. Tenía clavado en la parte izquierda de su torso, entre el cuello y el pecho, un arado de hierro", declaró Ovcharov desde Perperikov, según recoge la agencia Standart.

Las creencias vampíricas procedentes del paganismo las preservaron los cristianos ortodoxos en los Balcanes durante la Edad Media, cuando se pensaba que además del hierro, podían utilizarse estacas de madera para atravesar el corazón del muerto, cubrirlo con ascuas o atar sus extremidades para evitar su conversión en vampiro.

Un hallazgo similar en junio del año pasado en la pequeña ciudad de Sozopol, a orillas del Mar Negro, reveló los restos de un hombre que vivió en el siglo VIII ó IX y que tenía un hierro clavado en el corazón, lo que causó un gran revuelo en el país balcánico.

Su descubridor, el director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov, explicó entonces a Efe que ese rito se practicaba con personas consideradas malvadas o con quienes se ocupaban de algo que la sociedad no entendía, como por ejemplo investigaciones científicas o médicas.

Entonces se creía que después de morir "esas personas se convertían en vampiros y torturaban y atormentaban a los vivos y se bebían su sangre durante la noche", explicó Dimitrov.

Varios medievalistas búlgaros también consideran que en aquella época la superstición llevaba a pensar que las personas con anomalías físicas eran vampiros.


martes, 3 de septiembre de 2013

Hallan restos del megalodón, el tiburón más grande de la historia

El Instituto Español de Oceanografía (IEO) descubrió en el fondo de la isla de La Graciosa, en Canarias, un importante yacimiento de fósiles del mayor depredador marino que existió, el "megalodón", un tiburón extinguido hace 2 millones de años.

El yacimiento fue hallado al pie de una montaña submarina, a unos mil metros de profundidad, durante una campaña de investigación marina, informó el Instituto mediante un comunicado.

Los responsables del descubrimiento destacan que se trata de "un acontecimiento de gran relevancia científica", ya que estos fósiles "demuestran que en esa época vivió, cazó y se reprodujo en estas aguas el mayor depredador marino de todos los tiempos, el Otodus Megaselachus Megalodon", un tiburón que llegaba a alcanzar veinte metros de largo y cien toneladas de peso. El megalodón vivió aproximadamente desde hace veinte millones de años, en el Mioceno, hasta hace dos millones, en el Plioceno.

Por el tipo de dientes que poseía, los científicos piensan que se alimentaba de grandes presas, como ballenas, delfines, focas u otros mamíferos marinos, así como de grandes peces y tortugas. Fue una especie cosmopolita, presente en todos los océanos, y un gran migrador, según el IEO.

El hallazgo de sus restos en Canarias se produjo en octubre de 2012, cuando su buque oceanográfico "Ángeles Alvariño" descubrió un yacimiento con fósiles de otros tiburones extintos, aunque su identificación se logró recientemente.



lunes, 2 de septiembre de 2013

Hallan en la Amazonía restos de hace 10.400 años

El hallazgo de grandes vertederos de restos de conchas de moluscos en la Amazonía es hoy una evidencia de que la zona fue habitada por grupos de cazadores y recolectores al menos hace 10.400 años, mucho antes de lo conocido.

El descubrimiento fue hecho cerca de la ciudad de Trinidad (Beni), por un equipo científico internacional dirigido por el geógrafo italiano Umberto Lombardo, de la Universidad de Berna, y el arqueólogo boliviano José Capriles, de la Universidad Mayor de San Andrés. Capriles dijo que el equipo excavó en tres "islas de bosques" dispersas en pastizales de los Llanos de Moxos de esa región y halló "conchales", que son montículos formados por conchas desechadas por bandas de cazadores y recolectores.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Hallan en Beni evidencia de asentamientos humanos de hace 10.400 años

El hallazgo de grandes vertederos de restos de conchas de moluscos en la Amazonía beniana es hoy una evidencia de que la zona fue habitada por grupos de cazadores y recolectores al menos hace 10.400 años, mucho antes de lo conocido.

El descubrimiento fue hecho cerca de la ciudad de Trinidad, en Beni, por un equipo científico internacional dirigido por el geógrafo italiano Umberto Lombardo, de la Universidad de Berna, y el arqueólogo boliviano José Capriles, de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz.

Capriles dijo en una entrevista con Efe que el equipo excavó en tres "islas de bosques" dispersas en pastizales de los Llanos de Moxos de esa región y halló "conchales", que son montículos formados por conchas desechadas por bandas de cazadores y recolectores.

La investigación sistemática se realizó en tres conchales, pero los especialistas sostienen que hay centenares dispersos en esas "islas", que son pequeños bosques en medio de extensas llanuras.

"El reto de la investigación era demostrar que estas acumulaciones habían sido hechas por seres humanos y no, digamos, por otros agentes como aves u otros animales. La evidencia nos parece que es muy fuerte después de hacer muchos análisis", dijo.

El hallazgo de esos conchales tierra adentro, fuera de la costa marítima, se considera muy raro, pero se explica por un supuesto consumo intenso durante milenios de los moluscos de los ríos.

En los conchales también se halló restos de otra fauna como el "venado de los pantanos", que es una especie en extinción, lo que hace suponer que esos primeros habitantes de la zona consumían esos mariscos de río de forma complementaria, según el investigador.

El estudio combina información sobre arqueología, geomorfología y geoquímica y fue publicado esta semana en la revista científica de acceso libre PLoS ONE, firmado por especialistas de varios países.

Las excavaciones, que se realizaron en julio y agosto de 2012, encontraron los conchales, huesos, mucha tierra quemada, carbón "y todo tipo de evidencias que sugieren que esto, obviamente, no es natural", apuntó el investigador boliviano.

Los análisis de radiocarbono aplicados al carbón indican que los grupos de cazadores-recolectores "se establecieron en la región a principios del período del Holoceno, es decir, hace aproximadamente 10.400 años y que mantuvieron su subsistencia varios milenios".

Se trata de los primeros grupos en poblar la región y que probablemente iban de un lugar a otro cazando y recolectando recursos y que volvían a los conchales, sin gran organización pero con un desarrollo en su adaptación, según destaca el investigador.

La mayor intensidad de ocupación de esos lugares corresponde al período del Holoceno Medio, es decir hace 6 mil años, que coincide con una etapa de estabilidad medioambiental en la zona, agregó.

Al parecer, según el entrevistado, las "islas de bosque" fueron abandonadas hace 4 mil años y luego ocupadas poco antes de la conquista española por las sociedades agrícolas que construyeron lomas de tierra y "camellones", comunes en el paisaje de Beni.

Las lomas artificiales pudieron haber sido sitios ceremoniales o lugares para la elite, y los "camellones" son una técnica agrícola para crear campos elevados con zanjas para el manejo de aguas.

Esas lomas tienen una antigüedad máxima de unos 2 mil años, por lo que los investigadores consideran que ahora la evidencia de los asentamientos de hace 10 mil años es un aporte mayor al conocimiento de la prehistoria en esa región de la Amazonía boliviana.

"Con las lomas y los camellones se especulaba que habían civilizaciones, pero no sabíamos de dónde venían y cuál era el origen de las mismas. Ahora entendemos que hay una historia mucho más amplia. Estamos hablando de miles de años", sostuvo Capriles.

A su juicio, ahora se puede "ver a la zona de los Llanos de Moxos como otro lugar en el mundo donde se ha desarrollado complejidad social", comparable a la zona del Lago Titicaca o Mesomérica.

La investigación, que fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza, ha despertado muchas interrogantes por lo que las excavaciones seguirán en 2014 en busca de pruebas más directas, como enterramientos, sobre los primeros pobladores de esa zona.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Encuentran en Perú dos cabezas de piedra de más de 2.000 años de antigüedad

Dos cabezas labradas en piedra de la época preinca, con más de dos mil años de antigüedad, fueron halladas en el complejo arqueológico Chavín de Huántar, en el norte de Perú, informó hoy a Efe el arqueólogo estadounidense John Rick.

El equipo arqueológico que lidera Rick encontró en julio pasado dos de las denominadas "cabezas clavas", representaciones humanas con rasgos de animales, al excavar entre los edificios C y D de Chavín de Huántar, dos de las zonas más grandes del complejo, que se desarrolló entre el 1.200 y 500 antes de Cristo.

"Justo ahí encontramos el colapso de las piedras labradas y entre ellas las dos cabezas clavas en su misma posición en la que cayeron", afirmó Rick, quien maneja la teoría de que un terremoto hizo caer las esculturas.

Cada una de las cabezas mide aproximadamente un metro de largo, 39 centímetros de ancho y 43 de altura y pesa 250 kilos.

El arqueólogo indicó que se puede identificar en las dos esculturas a "personas silbando o soplando" y que están fuertemente asociadas a culebras, al tener sus rostros cubiertos por estos ofidios.

"Esas cabezas estaban colocadas en las cimas de las fachadas, en lugares muy elevados. Era probable que hubiera cientos de cabezas... Se supone que fueron de alta significación. Probablemente relataban creencias sobre transiciones entre personas y seres alternativos, transiciones entre humanos y animales míticos", comentó.

Actualmente, solo hay una cabeza clava empotrada en la fachada del complejo de Chavín de Huántar, mientras que varias de ellas fueron destruidas por desastres naturales en la zona.

Rick añadió que las piezas que se encontraron están en buen estado de conservación en la superficie, aunque presentan fracturas en el interior.

Desde 2004, la organización norteamericana sin fines de lucro Global Heritage Fund, la universidad de Stanford y la compañía minera Antamina financian el proyecto de investigación arqueológica y conservación en Chavín de Huántar.


ç

jueves, 15 de agosto de 2013

Tiwanaku, el imperio que aún es ignorado

Según la historiadora boliviana Patricia Montaño, autora de El imperio de Tiahuanaco, obra escrita en un lenguaje sencillo para llegar al público en general, resume el trabajo del arqueólogo Carlos Ponce Sanjinés (1925-2005), quien fue su esposo durante 17 años.

“Tiahuanaco está muy estudiado, pero lamentablemente la gente sabe muy poco de la importancia de esta civilización”, que tuvo su ciudad principal a 71 kilómetros de La Paz, explicó la autora a EFE.

Allí están el templo de Kalasasaya, la Puerta del Sol, el Templete Semisubterráneo, restos de la pirámide de Akapana, de casas palaciegas y recintos militares y esculturas en piedra de sus jerarcas, monumentos a cuyo estudio dedicó su vida Ponce Sanjinés.

Paradójicamente, según Montaño, los bolivianos saben más del imperio de los incas que del de los tiahuanacotas, sin comprender que estos dejaron una herencia cultural a los habitantes del Cuzco.

En su ocaso, los tihuanacotas se disgregaron en señoríos aimaras retrocediendo en su organización, pero un grupo de la aristocracia gobernante migró hacia la zona del Cuzco, “llevando consigo su tradición cultural y conocimientos de organización política”.

“Allí sus descendientes crearon el señorío inca que con el tiempo se convertiría en un imperio de características similares al de Tiahuanaco”, sostiene Montaño, apoyada en citas recogidas de antiguos cronistas como Bernabé Cobo y Waman Puma de Ayala.

“Los incas fueron herederos de las instituciones políticas, económicas y sociales de los tiahuanacotas en gran parte, pero también recibieron elementos culturales de Moche y Nazca”, apuntó.

En su momento de esplendor los tiahuanacotas, por medios pacíficos o mediante la guerra, ocuparon parte de la costa de Perú, el norte de Chile, el noroeste de Argentina y llegaron al oriente de Bolivia, en un área calculada en 600.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de España.

Ponce aplicó el método de datación de carbono 14 a restos de cerámica descubierta en sus excavaciones y estableció la cronología de la vida de Tiahuanaco, desde que era una aldea hasta su caída como Imperio debido a guerras internas y a una devastadora sequía.

Tiahuanaco nació como aldea alrededor de 1580 a.C., creció como estado local en el 133 d.C., como estado regional en el 374 d.C. e imperial en 724 d.C. y declinó cerca del 1187 de nuestra era.

Este fue uno de los hallazgos científicos de Ponce que puso “en evidencia los errores de autores foráneos”, afirma Montaño.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Renovaban sus dientes en uno a dos meses Dinosaurios

Los saurópodos, que se cuentan entre los dinosaurios herbívoros más grandes, reemplazaban sus dientes a un ritmo aproximado de un diente cada uno o dos meses y eso contribuyó a su éxito evolutivo.

La investigación, publicada en la revista Public Library of Science ONE, la encabezó el paleontólogo Michael D'Emic, de la Universidad Stony Brook, de Nueva York, quien indica que las diferencias en la tasa de reemplazo de dientes entre los herbívoros gigantes probablemente significó que sus dietas variaban.

Esto fue un factor importante que permitió que múltiples especies compartieran los mismos ecosistemas durante varios millones de años.

Por mucho tiempo, los paleontólogos se preguntaron cómo los saurópodos digerían las enormes cantidades de follaje necesarias para su tamaño.

En este estudio el equipo de D'Emic mostró que su investigación de la estructura microscópica de los dientes de saurópodo indican que estos dinosaurios formaban y reemplazaban sus dientes más rápido que cualquier otro tipo de dinosaurios, de forma más parecida a los tiburones y cocodrilos.

Esta rápida sustitución mantenía la dentadura en buenas condiciones para lidiar con el alto ritmo de desgaste implícito en la trituración de las cantidades de comida que requerían.

"La estructura microscópica de dientes y huesos revela aspectos de la fisiología del animal y nos dan un dato de la biología de animales que se extinguieron hace largo tiempo", señaló D'Emic, un investigador en el Departamento de Ciencias Anatómicas en la Escuela de Medicina de Stony Brook.

"Determinamos que para los saurópodos gigantes cada diente necesitaba sólo unos pocos meses en la formación", añadió.
"Efectivamente los saurópodos adoptaron un método en el que la cantidad importaba más que la calidad".

Según D'Emic, a diferencia de los mamíferos y otros dinosaurios, los saurópodos no mascaban su comida, sino que la cortaban en porciones pequeñas antes de tragarla.

"Al menos dos veces durante su evolución los saurópodos desarrollaron dientes pequeños que formaban y reemplazaban rápidamente", añadió. "Esta característica puede haber conducido al éxito evolutivo de los saurópodos".

El equipo desarrolló un método novedoso para calcular la tasa de formación y reemplazo de dientes del saurópodo sin el muestreo destructivo de los dientes que requiere secciones microscópicas.

Con esos cálculos los investigadores pudieron rastrear la evolución de la formación y reemplazo de los dientes a lo largo del tiempo en especies cuyos restos fosilizados son muy escasos como para cortarlos.

Con escaneos por tomografía computarizada y métodos anatómicos microscópicos estos investigadores midieron el tiempo de formación del diente, la tasa de reemplazo, el volumen de la corona y espesor del esmalte en dientes seccionados de Camarasaurus y Diplodocus, dos dinosaurios de la Formación en el Jurásico Tardío de América del Norte.

ANIMALES QUE SE REGENERAN

Un equipo de científicos de la Universidad de Tufts (EEUU) descubrió que el gusano conocido como planaria —estudiado por sus propiedades regenerativas— no sólo es capaz de regenerar su cabeza y su cerebro cuando es decapitado, sino que también recupera algunos de sus recuerdos.

Para llevar a cabo esta investigación, publicada en Journal of Experimental Biology, los científicos seccionaron la cabeza y cuello del gusano, tras lo cual comenzó a desarrollarse de nuevo. Sin embargo, los expertos se dieron cuenta de que el gusano también había recuperado sus habilidades aprendidas y decidieron evaluar su memoria.

No le gustan las luces brillantes

A estos pequeños gusanos no les gusta los espacios abiertos ni las luces brillantes, pero fueron entrenados para ignorar estos aspectos y encontrar su comida. Los científicos midieron el tiempo en que estos animales llegaban hasta los alimentos.

Así, descubrieron que, incluso después de la decapitación, los gusanos que habían pasado por la formación eran capaces de superar sus miedos y empezar a comer mucho más rápido que los gusanos que no habían sido entrenados, lo que demostraba que los recuerdos también se habían regenerado.

Los científicos explicaron que los recuerdos no volvieron inmediatamente, pero sólo hizo falta una lección para que el gusano volviera a hacer aquello para lo que había sido entrenado.

Los expertos indicaron que "aún no están claras" las razones por las que sucede esto, aunque sugirieron que algunos de sus recuerdos podrían ser almacenados en otro lugar de su cuerpo. También se baraja la posibilidad de que el cerebro original de los gusanos haya modificado su sistema nervioso y, a su vez, que el sistema nervioso pueda haber alterado cómo el segundo cerebro se forma durante la regeneración.

Una manera de estimular la memoria del segundo cerebro es dando de comer a estos gusanos, trozos de congéneres que ya tuvieran una memoria aprendida. De este modo, la memoria del gusano ingerido se distribuye a lo largo de todo el cuerpo de la planaria viva a modo de sustancia química, suponiendo un aliciente para el desarrollo del gusano.

Otras curiosidades

El gusano planaria no es el único animal que puede sobrevivir un tiempo sin cabeza. Tal es el caso del famoso pollo que llegó a los medios en 2002 y que sobrevivió sin cabeza durante 18 meses gracias a los cuidados de sus granjeros. El motivo de este fenómeno sobrenatural alberga en que el corte en el cuello no alcanzó su masa encefálica permitiendo que el cerebro siguiera funcionando.