domingo, 30 de junio de 2013

Pandemias mataron a 50 millones de personas en el siglo XX

Aproximadamente 50 millones de personas murieron a causa de los diferentes tipos de gripe que azotaron al mundo a lo largo del siglo XX. La denominada gripe española fue una de las más mortíferas.

Según un artículo publicado por el periódico El País de España, 1918 fue el fatídico año en que acababa la Primera Guerra Mundial, nueve millones de personas habían perdido la vida, pero la humanidad seguía siendo castigada por un mal mucho más devastador; un terrible virus de la gripe, conocido como “gripe española”.

La epidemia fue causada por el brote de la influenza virus A del tipo H1N1. En cuestión de meses, se convirtió en pandemia y se llevó a la tumba a más de 40 millones de personas; es decir, cuatro veces más víctimas que dejó la Gran Guerra.

Sin embargo, otras cifras menos conservadoras señalan que esta enfermedad pudo haber matado a por lo menos cien millones de personas.

La enfermedad surgió en los Estados Unidos, en el estado de Kansas, pero los Aliados de la Primera Guerra Mundial la llamaron gripe española porque recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo. Los países implicados en la Gran Guerra no informaban sobre la epidemia para no desmoralizar a las tropas, de modo que las únicas noticias venían en la prensa española.

A diferencia de otras epidemias de gripe —que afectan básicamente a niños y ancianos—, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables, y animales, entre ellos perros y gatos.

Se desconoce la tasa de mortalidad de la pandemia de 1918/1920, pero se estima que murieron del 10 por ciento al 20 por ciento de los infectados. Con alrededor de un tercio de la población mundial de aquel tiempo infectada, esta tasa de letalidad significa que entre un 3 por ciento y 6 por ciento de la población mundial murió.

GRIPE ASIÁTICA

Veinticuatro años después de identificar el virus de la "gripe española", una nueva variedad se instalaba en Asia. Mató, según el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EEUU), a cinco millones de personas en todo el mundo.

La epidemia de 1957 se debió a un virus H2N2. Con muy poca resistencia inmunitaria, respecto al anterior, y después de un plazo tan largo, la población carecía de defensas. El virus era menos patogénico que el de 1918 y se contaba ya con importantes armas de control y terapéuticas.

GRIPE DE HONG KONG

Se llamaba H3N2 y fue un nuevo virus de origen aviario. Causó la muerte de casi dos millones de personas en el mundo.

Se originó en Hong Kong, antigua colonia de Reino Unido, y se cree que se exportó a Europa a través de los británicos que viajaban hasta este enclave del sureste asiático.

Al ser la misma la variante de neuraminidasa (N2) y la epidemia anterior tan reciente, los efectos globales fueron aún más suaves. En 1999 y de nuevo en 2003 en Hong Kong, fueron aisladas cepas de virus de la gripe H9N1 en niños con enfermedad leve y autolimitada.

BROTE EN EEUU

El 5 de febrero de 1976, un soldado recluta en Fort Dix manifestó sentirse agotado y débil. Murió al día siguiente y cuatro de sus compañeros tuvieron que ser hospitalizados. Dos semanas luego de su muerte, se anunció por parte de autoridades de salud que la causa de muerte fue debida a un virus de gripe porcina y que esa cepa específica parecía estar estrechamente relacionada con la cepa involucrada en la pandemia de gripe de 1918.

Historia de la gripe en la antigüedad

ORIGEN Es una de las enfermedades más antiguas que se conocen, pero no se dispone de datos para situar su origen histórico. Hay autores que han encontrado indicios sobre ella en jeroglíficos del antiguo Egipto, pero será Hipócrates quien, en el año 412 A.C., describa sus síntomas y apunte la idea de ‘epidemias de gripe’.

La primera gripe global conocida

ALERTA Hacia 1580 se produjo la que está considerada como la primera pandemia de diseminación global. Conocida como El Gran Catharro, se originó en Asia, de donde pasó a Europa y después a la América. En seis semanas toda Europa fue afectada. Sólo el 20 por ciento de la población se libró de la enfermedad.

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