domingo, 8 de abril de 2012

Un tesoro encontrado en el mar que debe volver a Bolivia

Por Clovis Díaz (II parte)

El 18 de mayo 2007, la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration, informó públicamente que había descubierto, en el fondo marino ubicado entre Portugal y Cádiz, una fragata española proveniente del Nuevo Mundo. La nave, había sido hundida por la flota británica en 1804 y en su forzado descenso al abismo, sirvió de mortaja y sepulcro a los tripulantes, amén de arrastrar consigo un fabuloso tesoro valorado en 500 millones de dólares.

De inmediato, el Ministerio de Cultura de España, inició un proceso judicial ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos, reclamando la devolución del tesoro existente en la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”, alegando que la nave no era mercante, sino un buque en servicio militar cuyo objetivo, en el instante de su hundimiento, fue el de proteger al Estado Español, según el portal-web “Que!”

El preciado cargamento de la fragata, encontrado por la empresa Odyssey, contiene, entre otros tesoros, 594 mil monedas de oro y plata equivalentes, reiteramos, a 500 millones de dólares actuales y al parecer, cuando fue atacada por la armada británica estaba a punto de llegar a su destino. “Nuestra Señora de las Mercedes” había zarpado del Callao, Perú, transportando en sus bodegas 14 toneladas de oro y plata provenientes en su mayoría de Potosí.

“EL TESORO ESPAÑOL” SALIÓ DE POTOSÍ

“El Diario” entrevistó a Mariano Baptista Gumucio, historiador y periodista, quien conjuntamente con Oscar Bonifaz, Carlos Serrate y Armando Soriano, difundieron una carta sobre la recuperación por parte de España del contenido del buque “Nuestra señora de las Mercedes”.

¿Por qué escribieron esa carta y que se proponían?

Porque somos un grupo de amigos que nos reunimos periódicamente y la pobreza potosina, -expresada en estos días en la visita anual que hacen las mujeres del norte con sus niños para pedir limosna- nos conmueve profundamente. Pese a la bonanza de los minerales, que no sabemos cuanto dure, Potosí arrastra su pobreza centenaria y nos parece que no es justo que la ciudad que sostuvo la economía española por dos siglos y medio se halle en ese estado. Es cierto que España ha hecho algunos planes de restauración de la ciudad, pero todo ello resulta ínfimo ante esta auténtica deuda histórica que tiene con la que se llamó “Villa Imperial de Carlos V”.

¿Han tenido eco?

Ninguno, pero estamos a tiempo y la idea es ésta: La justicia norteamericana después de 5 años de juicio, ha dado la razón a España en su pleito con la empresa Odyssey, que recuperó del fondo del mar, de los restos del buque “Nuestra Señora de las Mercedes”, un tesoro de 595.000 monedas de oro y plata, que ya se hallan en territorio español. Y que éste inmenso tesoro se haya recuperado del fondo marino, que haya estado en litigio por 5 años y que finalmente dos aviones Hércules, lo lleven a un lugar secreto en España, es parte de todo lo desmesurado que fue Potosí, pero que de esto no participe la ciudad creada al pie del Cerro Rico, es inconcebible.

¿CUÁL ES SU PROPUESTA CONCRETA?

La que planteamos en la carta. Que el presidente Morales, se dirija directamente al presidente Rajoy y al Congreso Español con una carta preparada por la Fundación Cultural del Banco Central (en cuyo seno planteé el asunto hace dos años), y esto podría hacerse aprovechado en el viaje que el presidente Morales realizó con un grupo de cocaleros a Viena para plantear la despenalización del acullico de coca. Mucha gente duda de que tengan éxito, pero en cambio, con una parada a la ida o la vuelta a Madrid, se habría dado un golpe maestro para la economía y el turismo de Potosí.

¿Qué diría el mensaje del presidente Morales?

La legitimidad de que habiendo sido los mitayos indios con su esfuerzo y sacrificio los que sacaron el metal del Cerro y lo convirtieron en monedas, sus descendientes aprovechen también en alguna proporción de ese tesoro. Imaginemos lo que sería la devolución de apenas 10.000 monedas para constituir un museo especial dedicado a los mitayos potosinos y a la numismática de la Casa de la Moneda. Sería el gran atractivo turístico y la cancelación de la deuda histórica que tiene España con Potosí, exclusivamente.

PERO TAMBIÉN HA RECLAMADO EL PERÚ...

Sí, pero con una base muy endeble, alegando que el barco partió del Callao y eso en 1804, cuando ya hacía 30 años que la Real Audiencia de Charcas había pasado a depender del virreinato de Buenos Aires. Toda la literatura de los cronistas de la época y la correspondencia de los virreyes refleja el altísimo precio en vidas humanas que significó la mita. Imaginemos por un momento el trabajo que se hacía en el interior del Cerro con fríos polares y calores agobiantes, en medio de la oscuridad, más absoluta, ayudándose con velas, trabajando con cuernos de vaca y barrenos para extraer el mineral y después llevarlo a la superficie, mediante endebles escaleras hechas de cuero y maderos. Los mitayos recibían una comida caliente a la semana, llevada por sus esposas y volvían a sumergirse en el Cerro. Ese esfuerzo sólo se explica precisamente por el uso de la coca y el alcohol y la coerción a la que se veían obligados y de la que se rebelaron en los levantamientos de 1780-81. En la delegación del Presidente, debería figurar un numismático de la Casa de la Moneda, aunque es obvio, el origen de la mayoría de ellas.

España alega que el tesoro no puede dividirse ni usarse en otra cosa, que sea su exhibición en un museo, pues la gente allí pensaba que se podía pagar con él la deuda pública.

Evidentemente, pero hay numerosos antecedentes amparados por la legislación de la UNESCO, de devolución de bienes artísticos e históricos a sus países de origen y éstas monedas también pueden considerarse obras de arte. En todo caso, ha ofrecido hacer entregas simbólicas a las Casas de Moneda de los países involucrados, pero nadie como Potosí por el sacrificio terrible que sufrieron los mitayos, tiene más derecho a una porción significativa del tesoro que salió de sus entrañas.

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