martes, 19 de febrero de 2013

Conozca usted la extraordinaria historia de La venus de Milo

En 1820, navegaba por el Mar Mediterráneo el navío francés “La Chevrette”, a bordo iba el alférez Jules Dumont D‘Urville, de la Armada de París, entomólogo, botánico y con amplios conocimientos navales, luego de un largo periplo, llegó a la isla griega de Milo, en el archipiélago de las Ciclades, para hacer algunos estudios entomológicos, allí, un campesino del lugar de nombre Yorgos Kendrotas, le contó que el 8 de abril de 1820, había encontrado la estatua de una hermosa mujer enterrado en el patio de su granja y además de otros fragmentos de esculturas y muchos bloques de mármol y que quería venderla.

Dumont pidió ver la estatua y Yorgos lo llevó a su casa, y allí estaba la Venus de Milo en todo su esplendor y belle-za. El marino quedó estupefacto. Inmediatamente regresó a La Chevrette y contó de su maravilloso encuentro a su comandante y ante la negativa de comprar y llevar a bordo la estatua, Dumont de dirigió mediante carta al cónsul francés Brest que adquiriera la maravillosa escultura a cualquier precio.

Así lo hizo el cónsul, pero el campesino empezó a regatear el precio y dar largas sobre el asunto, mientras tanto Dumont había partido y se encontraba en Constantinopla, donde fue a ver al marqués de Riviere para que pudiera influir en la compra de la estatua. Sin embargo, de acuerdo a lo que sabía el cónsul, un monje griego había comprado la estatua de Yorgos y la había embarcado, en el traslado la estatua se había roto y guardado así en la bodega del barco con bandera turca. El pobre campesino que pensó sacar buena tajada en el negocio sólo recibió del monje promesas, pero sobre todo misas que diría por la salvación de su alma y el perdón de sus pecados.

Los franceses se empeñaron en rescatar la escultura a como de lugar, y para esta misión intervino Marcellus, entonces secretario de la embajada y amigo de Dumont, éste se dirigió rápidamente a la isla para iniciar las gestiones de compra y luego de arduas gestiones hizo que la maravillosa obra griega fuera transbordada del barco griego a otro navío francés, en el “Estafette”, cerrando el negocio con una buena paga al campesino que había encontrado la estatua. Todo se había hecho de manera rápida, porque pocos días después, llegaban a la isla Milo dos barcos, uno holandés y otro inglés, procedentes respectivamente de Esmirna y Malta, ambos con la misión de comprar la Venus por cuenta de sus respectivos soberanos.

Por otro lado, la suerte del campesino no terminó allí, el gobernador turco de Sifantos, enterado de la venta de la escultura, hizo apalear a Yorgos y a sus amigos y les impuso una multa de 6.000 piatras, dinero que había pagado Marcellus por la estatua. Una vez llegado a París el barco francés con su preciosa carga, los restauradores del Louvre supieron unir con maestría los diferentes bloques de la escultura, hasta que ésta quedó tal como la conocemos hoy, con excepción de los brazos, la obra fue presentada al rey Luis XVIII en 1821.

En cuanto a los brazos de la Venus de Milo, un norteamericano de origen griego, Kyritsis, afirmaba que la diosa encontrada en 1820 por un labriego, poseía sus miembros completos, precisó inclusive que en la mano derecha, Venus tenía una manzana, mientras que con la otra detenía la túnica para que ésta no resbalara. Según la versión de Kyritsis, mientras la Venus era embarcada a bordo de navío griego, estalló una trifulca entre los marinos y soldados turcos, con tanta mala fortuna que la estatua cayó al agua pero cuando la recuperaron le faltaban los brazos. Se intentó restaurarla, pero el rey Luis XVIII declaró simplemente que toda restauración era indigna de esta prodigiosa escultura.

La Venus de Milo mide 211 cm de alto, se estima que fue esculpido entre los años 130 a. C. 100 a. C. en mármol blanco en varios bloques cuyas uniones no son visibles; se desconoce el autor de la obra. Se cree que representa a Afrodita y Venus en la mitología greco-romana, es la diosa del amor y la belle-za. Durante la Segunda Guerra Mundial, el museo el Louvre fue desmantelado para po-ner sus tesoros en lugares secretos y seguros, fuera del alcance de los bombardeos y del saqueo de los alemanes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario