jueves, 16 de mayo de 2013

Una muela de 25 millones de años revela la conexión entre monos y simios

Un grupo de paleontólogos descubrió el fósil de una muela de más de 25 millones de años que guarda "información clave" para comprender cómo se separaron genéticamente los monos y los simios, publica la revista científica "Nature".

El equipo investigador, formado en su mayoría por estadounidenses y australianos, halló en una excavación realizada entre 2011 y 2012 en Tanzania (África) los restos más antiguos que se conocen hasta ahora de un miembro de los primeros primates.

Monos y simios –de los que descienden los humanos– pertenecieron en su origen a la misma familia genética, los catarrinos, unos primates simiinformes que hacia el final del Oligoceno (posterior al Paleoceno) sufrieron una evolución genética que les separó para siempre.

De esta división surgieron los "monos del Viejo Mundo" (babuinos y macacos) y los "monos del Nuevo Mundo" (simios), sin que se hayan encontrado restos que expliquen este proceso o que evidencien qué linajes perdidos de especies vivieron hasta dar lugar a la nueva clasificación.

La pieza dental encontrada se acerca por primera vez a las fechas del misterio: data de 25,2 millones de años aproximadamente, cuando los científicos estiman que dicha evolución se produjo hace 25 a 30 millones de años.

El descubrimiento emocionó a los paleontólogos, que destacan en el artículo lo extraordinario del hallazgo no sólo por el tiempo transcurrido, sino por las características del relieve en esta zona de África, por naturaleza poco propicio para la conservación de fósiles.



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