Los sedimentos estaban cubiertos completamente de hielo, lo que hacía imposible la filtración de agua, creando una cámara natural de congelación completamente aislada de la superficie.
"Las ardillas cavaron la tierra congelada para construir sus madrigueras, que tienen el tamaño de una pelota de fútbol, colocando paja primero y luego pelaje animal para crear una cámara perfecta de almacenamiento", dijo Stanislav Gubin, uno de los autores del estudio. "Es un criobanco natural".
Así, y en un experimento pionero que prepara el camino para el renacimiento de otras especies, los científicos lograron a partir de los tejidos de las frutas recrear esta planta, denominada Silene stenophylla, que tiene flores blancas y semillas viables.
El experimento prueba que el permafrost, la capa permanentemente congelada en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías, sirve como depósito natural de formas de vida ancestrales, dijeron los científicos, que publicaron sus resultados en el número del martes de la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.
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