El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló en un comunicado que el tablero, conocido como patolli (juego en náhuatl), fue descubierto durante trabajos de restauración realizados en la torre central del edificio A1 del sitio arqueológico de Dzibilnocac.
El arqueólogo Heber Ojeda, investigador del INAH en el estado de Campeche, estimó posible que el tablero haya sido utilizado hacia 600-900 d.C., periodo Clásico Tardío, cuando esta ciudad se encontraba en su apogeo.
"Se trata de un marcador esgrafiado de aproximadamente 50 centímetros por lado, que fue descubierto en el piso de la segunda crujía superior" del edificio A1, apuntó.
Tiene una cruz dividida en casillas, al igual que el marco que la circunda, que en conjunto suman 58 rectángulos de diversos tamaños que deben ser recorridos por los participantes usando fríjoles, explicó Ojeda, quien precisó que dentro de algunos de los casilleros también hay cruces trazadas.
La también arqueóloga Judith Gallegos Gómora comentó que el patolli fue descrito en códices, así como por cronistas españoles, al ver la afición que tenían los mexicas (en el centro de México) por él. El juego fue prohibido, al considerarlo idolátrico y pagano, apuntó.
Sin embargo, antes de la llegada de los conquistadores españoles parece haber tenido una connotación más allá del juego o la apuesta, pues su diseño se ha comparado con el quincunx, símbolo que representa esquemáticamente al universo.
A juicio de la investigadora, el patolli pudo utilizarse "como un instrumento de adivinación, para conocer el futuro de los individuos, acontecimientos o quizá del pueblo en general".
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