Para hacer este cálculo, los científicos simularon por ordenador la cabeza de un Tyrannosaurus Rex, reconstruyendo sus huesos, el movimiento de sus mandíbulas y la potencia de sus músculos.
Según el estudio publicado en la revista Biology Letters de la Royal Society británica, el tiranosaurio tenía "de lejos la mordedura más potente de todos los animales terrestres", con una presión de entre 3,5 y 5,7 toneladas por diente.
A título de comparación, la mandíbula humana ejerce una presión de entre 70 y 100 kilos por diente.
El hallazgo del estudio podría zanjar un largo debate entre los paleontólogos.
Algunos sostienen la tesis de que el famoso dinosaurio tenía una mandíbula modesta, con lo que el animal no habría sido más que un vulgar carroñero.
Otros, sin embargo, arguyen que las características de su mandíbula le permitían matar a su presa con un solo bocado, lo que lo convertía en un predador sin igual.
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