lunes, 7 de mayo de 2012

Las pulgas gigantes que atacaron a los dinosaurios

Sólo insectos con mandíbulas muy poderosas podrían haberse alimentado de la sangre de los dinosaurios, pero todo indica que algunos lo lograron, según un nuevo estudio.

Científicos en China hallaron fósiles de animales de 165 millones de años con una morfología similar a las pulgas modernas, aunque su tamaño era aproximadamente diez veces superior.

"Estos eran insectos mucho más grandes que las pulgas modernas y por el tamaño de su proboscis, el apéndice tubular alargado con el que extraían la sangre, podemos decir que su mordedura habría sido bastante dolorosa", dijo George Poinar Jr, profesor emérito de zoología en la Universidad Estatal de Oregón y experto en animales extintos, quien escribió sobre el hallazgo en la revista científica Current Biology.

"Habrá provocado una sensación similar a la causada por una aguja hipodérmica. Por suerte las pulgas actuales son bastante menores".

BEBEDORES DE SANGRE

"Es probable que los insectos jurásicos cuyos fósiles fueron hallados en Mongolia sean los ancestros de las pulgas modernas, aunque más probablemente pertenecieron a un linaje separado y ahora extinto", señaló Poinar.

Los fósiles son de las especies Pseudopulex jurassicus y Pseudopulex magnus, y tenían cuerpos chatos, similares a los de una chinche o garrapata, además de garras con las que podían escalar la piel rugosa de los dinosaurios y sujetarse mientras extraían su sangre.

Las pulgas modernas tienen cuerpos más compactos y antenas cortas y pueden moverse con facilidad entre los pelos o plumas de sus víctimas.

50 MILLONES DE AÑOS

"Los fósiles están muy bien preservados y ofrecen una ventana hacia la vida en un pasado distante, en el Cretácico y el Jurásico", señaló Poinar, quien también ha estudiado otras pulgas más "jóvenes" de entre 40 y 50 millones de años conservadas en ámbar.Todas las pulgas están adaptadas a alimentarse de la sangre de vertebrados de sangre caliente. Hoy en día el 94 % de las más de 2.000 especies conocidas atacan mamíferos y el resto se alimentan de la sangre de aves.

Pero las características inusuales de los fósiles, incluyendo la probóscide y las garras, es lo que ha llevado a los científicos a creer que sus víctimas eran animales de gran tamaño.

Las pulgas, recuerda el estudio, han causado enfermedades devastadoras en la historia de la humanidad. Fueron responsables de la transmisión, por ejemplo, de la peste bubónica, que causó millones de muertes en Europa en el siglo XIV.

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