miércoles, 16 de mayo de 2012

Tras las huellas de los romanos

Caminar por Tréveris o Trier como la llaman los alemanes es como viajar en el tiempo más de 2.000 años atrás y recorrer tras las huellas que dejaron los romanos, las de la Edad Media, de los judíos, de Carlos Marx, de Friedrich Spee y de los diversos estilos arquitectónicos. Tréveris es la ciudad más antigua de Alemania, ubicada a 154 kilómetros de Maguncia, la capital del Estado, y a tan sólo 16 de la frontera con Luxemburgo.

Antes de continuar la ruta de los romanos es importante remitirse a la historia. Según datos oficiales fue fundada en el año 16 a. C. por Augusto bajo el nombre de Augusta Treverorum; sin embargo, existe un mito según el cual fue fundada unos 1.300 años antes de la creación de Roma y durante la época fue llamada la segunda Roma.

Por la historia que guarda, Tréveris ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La ciudad ofrece imponentes monumentos históricos, como el Anfiteatro Romano, las Termas Imperiales, la Basílica, la Iglesia Episcopal de Alemania, La Catedral de Tréveris y la Túnica Santa, el Puente Romano, las Termas de Santa Bárbara y, naturalmente, la Porta Nigra o Puerta Negra, con sus 1.800 años de antigüedad.

La Catedral de Tréveris y la Túnica Santa, un lugar de peregrinación.
Estamos en el corazón de la ciudad en la peregrinación mundial de la Santa Túnica cuyo manto sagrado está expuesto en la Catedral de Tréveris. Dicen que siglos atrás la Catedral era considerada como la Casa de Elena. Como todas las iglesias de Tréveris, la Catedral es un lugar de culto, de oración, de proclamación de la palabra de Dios y celebración del sacramento de la eucaristía. Al ingresar de observa el altar en el centro, que significa la comunidad reunida y el orden jerárquico. Los altares secundarios simbolizan los santos que se reúnen alrededor de Cristo. La Túnica Santa representa la imagen de Jesús y es la reliquia más preciosa de la Catedral.

Según la tradición, dice el guía y sacerdote Erwin Graus, la madre del Emperador, Elena, trajo a Tréveris el vestido sin costuras de Cristo. Dice que primera vez se menciona en el siglo XI; sin embargo, su historia es confirmada desde el siglo XII. Desde esa época la Santa Túnica pasó por varios lugares sagrados del gran imperio romano y ahora se conserva extendida horizontalmente en su cofre de Madera debajo de una cubierta climatizada de vidrio. La reliquia según Graus, refiere a Jesucristo mismo, su encarnación y los demás sucesos de su vida, incluyendo su crucifixión y muerte.
De hecho, la túnica está expuesta sin divisiones ni costuras que significa la unidad de la cristiandad. Es por eso que cada año llegan millares de personas de diferentes denominaciones religiosas a rendirle culto, como los hindúes, copto ortodoxos, luteranos, bautistas, anglicanos, metodistas, entre otros.

La Puerta Negra
Es un lugar obligado para cruzar. La Porta Nigra o Puerta Negra es uno de los monumentos romanos más grandes que se conservan en el mundo. Mide 29,30 metros de altura y 36 metros de anchura. Los enormes bloques de piedra arenisca, de hasta 6 toneladas de peso, no estaban unidos con argamasa, sino por medio de grapas de hierro cubiertas de plomo, cuyas huellas son aún visibles, dice uno de los guías turísticos.

Es una puerta de doble arco flanqueada por dos torres, cuadradas en el interior y semicirculares en el exterior, y decoradas con pórticos; la torre occidental alcanza las tres alturas y la otra torre, de dos pisos, aún conserva adherido parte del ábside de la iglesia de san Simeón que se construyó sobre la propia puerta en el siglo XI y que perduró hasta el XVIII. En la actualidad, en los restos del claustro, el Simeonstift, está situada la oficina de turismo, donde visitantes de todo el mundo pueden recibir información en diferentes idiomas.

Dicen que fue construida allá por el año 180 d.C. como puerta de entrada septentrional de la ciudad de Augusta Treverorum al país del Trévires, o sea Tréveris. Su nombre procede del color oscuro de la piedra, debido al paso de los años.

La Casa de los Reyes Magos
En el número 19 de la calle Simeonstrasse está la Casa de los Reyes Magos, una antigua residencia de estilo románico construida en el siglo XIII en el lugar donde la tradición cristiana situó, durante un tiempo, los restos de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Según cuentan, cuando Federico I Barbarroja arrasó Milán en 1164, el obispo Dassel de Colonia se llevó las reliquias de la capital lombarda, pasó por Tréveris y las depositó en un arca bizantina en la catedral de Colonia, donde aún se veneran como patronos de la ciudad.

En el primer piso de esta "Casa de los Tres Reyes", hoy reconvertida en una vistosa cafetería, aún se conserva el acceso medieval a la vivienda. Desde esa altura, los inquilinos bajaban a la calle por una escalera de madera que recogían en caso de peligro para que los atacantes no pudieran entrar en la casa.


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