domingo, 7 de octubre de 2012

Chiripa, un emporio arqueológico a orillas del Titicaca

Al pisar la primera piedra de las gradas que llevan al templete de Chiripa despierta un profundo interés por conocer más a fondo la historia de esta cultura milenaria.

Pese a haber sido restaurada hace pocos años, esta infraestructura presenta un deterioro importante.

El área del templete y el recinto aledaño que, según cálculos datan aproximadamente de los años 1.500 a.C. a 100 d.C., fueron intervenidos entre 2005 y 2007 mediante el Proyecto Arqueológico Chiripa, parte del programa Cultura para Desarrollo que fue financiado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce).

Estas ruinas están ubicadas en la localidad de Chiripa, en el municipio de Taraco del departamento de La Paz, a 50 kilómetros de la ciudad de El Alto.

Actualmente, con los fondos remanentes del proyecto Cultura para el Desarrollo, se tramita ante la Unidad de Arqueología y Museos del Ministerio de Culturas el inicio de tareas de conservación del templete y del recinto. La Alcaldía de Taraco espera que en las próximas semanas sea lanzada una licitación para que el proyecto sea adjudicado.

Tanto funcionarios de la comuna como autoridades originarias consideran imperativo intervenir el lugar.

“Los fondos, que suman alrededor de 258.000 bolivianos, serán destinados a mejorar y adecuar el depósito existente con la catalogación y ordenamiento de las piezas, la conservación del sitio arqueológico y la capacitación la comunidad de Chiripa sobre la importancia de preservar este patrimonio”, informa la coordinadora de proyectos de Soboce, Denisse Macías.

Un antes y un después

Desde 1930, investigadores como Carlos Ponce Sanjinés, Wendell Clark Bennett y Christine Hastorf, entre varios otros, han estudiado este yacimiento arqueológico que sentó las bases de la cultura tiwanakota.

Una arboleda de enormes eucaliptos, cuyas hojas son agitadas por el viento que llega desde el lago Titicaca, es la puerta de entrada a la localidad de Chiripa, en el altiplano paceño.

Poco después salta a la vista parte de un templete semisubterráneo que representa escasos rastros de esa cultura que se desarrolló en varios lugares de la península de Taraco.

Al ingresar uno compende que aquel lugar aún guarda los secretos de lo que un día fue la civilización chiripa.

Allí, el arqueólogo Williams Castellón, que participó en ambos proyectos, recordó el estado del templete y de otras estructuras antes de la intervención.

“Cuando llegamos a trabajar los muros estaban colapsados, excepto una de las esquinas y un bloque denominado Bennet. Primero investigamos para hallar las huellas de donde colapsaron los bloques para luego reponerlos. Fue como armar un rompecabezas”, recuerda el especialista.

Las condiciones climáticas, que suelen ser extremas y cambiantes a orillas del Titicaca, la falta de una conservación periódica, la vegetación, la influencia de animales e insectos de la zona contribuyeron en el deterioro de estas estructuras.

A simple vista se ve vegetación que poco a poco cubre las piedras del templete.

La evidencia más antigua

En el recinto aledaño algunas piedras, que delimitaban la estructura de lo que se presume era un cuarto ceremonial, han sido desprendidas y la edificación semisubterránea hecha en buena parte de arcilla se ha desprendido en varios lugares.

“Cuando nosotros terminamos la intervención esto estaba limpio (...). Esta es una de las evidencias más antiguas que existen en este territorio que dominó la cultura chiripa hace casi 2.000 años. Por eso creo que debe ser intervenido a la brevedad”, explica Castellón.

La cultura chiripa es considerada una de las más antiguas de la región andina, cuyos restos aparecen desde la península de Taraco hasta Santiago de Huata y se extienden hasta la península de Copacabana, en las riberas del lago Titicaca.

Entre los vestigios hallados en toda esa zona se han encontrado esculturas, cerámicas y monolitos que aún son objeto de estudio de especialistas.

Situación y acciones

Consultado cobre el tema, el director de Patrimonio del ministerio de Culturas, Marcos Michel, explica que al presentarse un proyecto de restauración se debe analizar que siga el Reglamento de Restauración para emprender las tareas.

“Este lugar, como los otros patrimoniales del país es importante (...), pero es necesario un plan de gestión y un programa de restauración que permitan trabajar a corto, mediano y largo plazo. El error ha sido que no ha habido un plan de conservación que implique la gestión del sitio”, dijo.

Por su parte la alcaldesa de Taraco, Virginia Lecoña expresa la necesidad apremiante de mantener el lugar, pero también reconoce que Taraco es un municipio joven que recién se está organizando.

“Anualmente recibimos cerca a seis millones de bolivianos, no tenemos un techo muy alto de presupuesto. Pero está planteada ante el Concejo Municipal la asignación de un monto para las ruinas de chiripa porque consideramos un tema de emergencia”, dice.

Asimismo, el mallku de Chiripa Ricardo Arias manifiesta que la malla olímpica que rodea las ruinas se encuentra rota. “Es muy necesaria la conservación del lugar para nosotros, hay que hacer refacciones y trabajos en todo el lugar”.

Por lo pronto, el lugar ha servido para que la comunidad realice rituales de Año Nuevo Andino entre sus columnas milenarias, en busca de establecer conexión con los antepasados.

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