miércoles, 10 de octubre de 2012

Louvre descubre los últimos años de Rafael Sanzio aliado con el Prado

El Museo del Louvre presentó ayer la exposición "Raphaël. Les dernières années", fruto de una intensa colaboración con el Museo del Prado, donde más de 250.000 personas contemplaron la muestra hasta el pasado septiembre.

Recién llegada en su mayor parte del museo madrileño, la exposición es considerada un evento excepcional e irrepetible, por ser la primera que explora los siete últimos años creativos de Raffaello Sanzio (1483-1520).

"No hay una verdadera diferencia" entre las dos exposiciones, según dijo a Efe el comisario francés del equipo de expertos que la preparó, Vincent Delieuvin.

"La originalidad y la fuerza de este proyecto es precisamente la existencia de una colaboración profunda, muy justa y equitativa entre los dos museos", que mantienen un excelente entendimiento "también en otros proyectos", subrayó.

Tanto el Prado como el Louvre, por razones histórico-políticas "son muy ricos en obras del Rafael Tardío" y fuera de Italia eran "los únicos" que podían llevar a cabo este proyecto, añadió.

La exposición se centra en los últimos siete años de vida de Rafael, muerto a los 37 años de "un exceso de placer amoroso", según el historiador Giorgio Vasari (1511-1574), aunque Delieuvin estimó que la enorme carga de trabajo que soportaba también debió pesar en su prematura desaparición.

El maestro de Urbino trabajaba ya desde hacía cinco años en Roma, principal centro artístico de Italia, inicialmente dedicado a decorar las habitaciones del Palacio Vaticano.

En 1513, cuando el Papa León X sucede a Julio II, el también gran retratista dirige un imponente taller capaz de afrontar sus múltiples encargos de frescos monumentales, cuadros de temas piadosos y cartones para tapices para la Capilla Sixtina, de los que París muestran tres.

Ocupan una sala junto con un cuarto tapiz, "Dios Padre acompañado por los símbolos de los Evangelistas. (La Trinidad)", procedente de Madrid.

Rafael trabaja, además, en la Villa Farnesina y en 1514, a la muerte de Bramante, se convierte en el arquitecto de la reconstrucción de la Basílica de San Pedro y pronto también en responsable de las antigüedades romanas.

Prototipo de artista universal, Rafael tuvo entre otras grandes cualidades una "fascinante personalidad" y la capacidad de rodearse de gente de gran talento, como Luca Penni y Giulio Romano, cuyas obras explora igualmente la exhibición.

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